El evento enmarcado en el Mes de la Mujer reunió la espiritualidad, el trekking y la contemplación astronómica en el cerro el Patagual.
Escalaron el cerro El Patagual, conectaron con los mágicos cuencos de cuarzo, bailaron al ritmo de instrumentos musicales y observaron la Luna a través de un telescopio. Así fue como cincuenta vecinas callelarguinas disfrutaron de la actividad “Mujer Lunar”, un encuentro místico, recreativo y astronómico en el marco del Mes de la Mujer, el cual les permitió conectar su feminidad con dicho satélite natural en un ambiente de paz, calidez y apoyo mutuo.
Al respecto, Carolina Córdova Contreras, directora de DIDECO de Calle Larga, indicó que la reunión “incluyó un trekking patrimonial donde vimos los petroglifos, luego subimos a un sector del cerro El Patagual escuchando cuencos de cuarzo, nos unimos en una meditación guiada, reflexionamos acerca de lo que significa ser mujer y una observación astronómica de la Luna saliendo por la cordillera”.
De lo último se encargó el equipo del Observatorio Pocuro, que regaló vistas únicas hacia el firmamento con explicaciones sobre las fases lunares y su impacto en la naturaleza. Yerko Chacón Arancibia, director del espacio científico que también celebró por estas fechas el Día de la Astronomía, dijo que estaban “muy felices de que se continúe esta actividad única en el Valle del Aconcagua. Contemplamos la fase lunar gibosa creciente para que las mujeres puedan conectarse con este cuerpo celeste”.
Las asistentes aplaudieron la iniciativa y la consideraron como una preciosa forma de conocer los territorios naturales de Calle Larga y enlazar a mujeres que buscan experimentar un momento espiritual capaz de romper con la rutina.
En este aspecto, María Victoria Sandoval Soto, monitora de “Mujer Luna”, culminó la instancia con gran satisfacción, como si se tratara de un nutriente cargado de energía. Mencionó que fue una oportunidad “en comunidad femenina que nos invita a contactarnos con el misticismo de la Luna que vive en nosotras”.
A su vez, Olivia Clarín Tranamil, participante del retiro valoró mucho la oportunidad. Sonriente y sentada en una roca del cerro bajo un cielo estrellado, indicó que era la segunda vez que venía a la actividad calificándola como “entretenida y un regocijo para el alma”.